Quería arrancarme un rato de la pachanga y me fuí a San Fernando, donde mis padres. Llevaba una botella de vino y muchas ganas de abrazarlos.
Estaban felices de verme y cada uno a su modo me tomaba del brazo y me contaba sus relatos. Si hasta los acompañé a la misa en la capilla de la población. Estaban chochos...
También caminar al centro de la ciudad es un lujo. Simplemente caminando y conversando... ir con mi padre a un ciber café y con mi madre pasear junto a la "Parada" de "fuerzas vivas" en la calle Manso de Velasco, típico de San Fernando, carros de Bomberos, cientos de caballos...
Finalmente llegamos al asado en casa de la tía Olga con toda la patota de primos, sobrinos y cuñados...tuve que recordar cuando viajábamos a Puente Negro, algo así como un resort de lujo e un balneario, con cerros para subir a voluntad al llano arrancando de Pepe Mota... o a la Costa, a casa de la abuela y subíamos a la Loma del Dieciocho o al misterioso Monte.
Mi niñez fué linda junto a los González, siempre presentes los fines de semana... y aunque de adulto nos hemos separado, volví a disfrutar de las tonteras y bromas pesadas, sus chuchadas y ese gusto por el griterío, la cueca zapateada, el Gato Negro con Coca Cola y el canturreo destemplado.
Salud primiiiiito!!!
Estaban felices de verme y cada uno a su modo me tomaba del brazo y me contaba sus relatos. Si hasta los acompañé a la misa en la capilla de la población. Estaban chochos...
También caminar al centro de la ciudad es un lujo. Simplemente caminando y conversando... ir con mi padre a un ciber café y con mi madre pasear junto a la "Parada" de "fuerzas vivas" en la calle Manso de Velasco, típico de San Fernando, carros de Bomberos, cientos de caballos...
Finalmente llegamos al asado en casa de la tía Olga con toda la patota de primos, sobrinos y cuñados...tuve que recordar cuando viajábamos a Puente Negro, algo así como un resort de lujo e un balneario, con cerros para subir a voluntad al llano arrancando de Pepe Mota... o a la Costa, a casa de la abuela y subíamos a la Loma del Dieciocho o al misterioso Monte.
Mi niñez fué linda junto a los González, siempre presentes los fines de semana... y aunque de adulto nos hemos separado, volví a disfrutar de las tonteras y bromas pesadas, sus chuchadas y ese gusto por el griterío, la cueca zapateada, el Gato Negro con Coca Cola y el canturreo destemplado.
Salud primiiiiito!!!
Comments
Es increible ver como todos llegamos a donde partimos..
Abrazos,
Gloria
Es increible ver como todos llegamos a donde partimos..
Abrazos,
Gloria