Mujeres incapaces se necesitan

Cuando Evo Morales sacuda la mesa, Michelle Bachelet se pondrá a temblar porque le falta carácter. Cuando los peruanos insistan en cambiarnos las líneas, no reaccionará pues carece de liderazgo. Cuando los argentinos nos corten el gas, no sabrá qué hacer ya que no posee las capacidades. Lo dicho no tiene nada que ver con el género, afirma Sebastián Piñera. No es machismo, son datos objetivos.

Son datos objetivos, como lo eran la falta de carácter, liderazgo y capacidades de Angela Merkel, la nueva Canciller de Alemania. Gerhard Schröder tampoco es machista, pero advirtió en todos los tonos de los peligros que entrañaría elegir a esta mujer sin carácter. La diferencia saltaba a la vista. A los foros de televisión Schröder llegaba de Armani y peinado por el mejor estilista y la Merkel con las mechas y el traje traídos de un país que ya no existe, su antigua patria, la República Democrática Alemana. Al margen de políticas y economía, pues los programas se diferenciaban tan poco que ahora están gobernando juntos, lo que distinguía al candidato de la candidata eran el músculo y la adrenalina.

¡Ya verán el papelón de Angela Merkel en la primera crisis!... ¡Pobre Alemania!

La primera crisis llegó la semana pasada en Bruselas, donde la Unión Europea debía discutir su presupuesto y todos esperaban un funeral de primera. Después del “no” de los franceses a la Constitución, el fracaso de Bruselas iba a ser una última paletada de tierra sobre el cadáver de la UE. Tony Blair arribó con tapillas de acero y sonrisa de cartón piedra; Jacques Chirac con rostro de sepulturero; Silvio Berlusconi con furia de gladiador reforzada por cada nuevo pelo que se implanta en la cabeza. Todos con el hacha afilada bajo la solapa. No era cuestión de género, pero la testosterona inundaba los pasillos.

A las tres de la madrugada se llegó al acuerdo unánime de que… no había acuerdo. Sólo faltaba dormir un par de horas y afeitarse para anunciar el suicidio de la Unión Europea ante las cámaras.

Pero entonces la tímida Angela Merkel carraspeó, levantó el dedo y murmuró: “Estimados colegas, ¿me permiten una palabrita?”.

La palabrita fue sencilla: “Amigos, por unos cochinos euros no nos vamos a farrear esta Europa pacífica surgida de tantas guerras”. Y sacando un papel de la cartera les dijo: “Usted Tony, me rebaja en tantas libras su cheque británico. Usted Jacques, me recorta en tantos euros los subsidios a los agricultores franceses. Usted Silvio, aprieta un poquito a los productores de aceite de oliva…” Y así con cada uno de los 25 miembros. “Ah, y los que van llegando no pueden salir con las manos vacías: Alemania pone cien millones para Polonia”. A los diez minutos todo estaba arreglado y los jefes de Gobierno pudieron irse a afeitar para la conferencia de prensa.
Angela Merkel sólo se repasó el rouge.


Eduardo Labarca

Colaboración de Sergio Aravena, Concepción

Comments

Anonymous said…
Te felicito Ariel , muy buena ....
Voy ahacer correr el texto, me parece que las cosas deben reorientarse, ya es tiempo,

Glor
Dana said…
Incapaz e hija del diaulo..ya basta!! si el señor Piñi tiene a su mujer de adorno no es problema del país.

Buen escrito